La venta online para PYMEs puede ser la opción más efectiva para sacar adelante este sector productivo, más allá de la emergencia por el coronavirus. Sin duda, las pequeñas y medianas empresas y los autónomos son los más afectados por las restricciones de movilidad que no han terminado del todo. En sí, es una situación crítica pues el referido segmento representa el 95% de empresas españolas y emplea a más de diez millones de personas.
De hecho, las ventas online ya experimentaban un auge en los últimos años y alcanzaron cifras elevadas durante el tiempo más duro del confinamiento. La pandemia actuó entonces como el acelerador de un fenómeno que ya vivía su propia dinámica expansiva. De allí que las empresas que incorporaron a tiempo esta herramienta sólo tuvieron que adaptarse al incremento de la demanda. En muchos casos, esta tarea resultó dificultosa debido al volumen de pedidos, sobre todo para los pequeños negocios.
Por eso es necesario enfocar bien el recurso de las ventas por Internet para obtener de éste los resultados que las PYMEs necesitan. Aquí nos concentraremos en algunas alternativas para aprovecharlo al máximo.
Aunque resulte paradójico, en la venta online para PYMEs no es suficiente con disponer de una página web configurada para ecommerce. En consecuencia, es imprescindible realizar otros esfuerzos para incrementar el número de visitas, conversiones y ventas. Entre ellos, los más relevantes serían:
En síntesis, esto consiste en mejorar aspectos técnicos de la presencia web de la empresa. Con más énfasis en aquellos entornos que inciden en la atracción y permanencia de los visitantes. En primer lugar, es necesario que estos canales tengan un diseño ágil y atractivo. También que sean usables, es decir que sean sencillos de utilizar para el usuario en cuanto al acceso a la información, funciones y gestiones que necesita realizar.
Por otro lado, es fundamental lograr que estos recursos en línea tengan buena velocidad de carga en cualquier tipo de terminal. En tal caso, es indispensable implementar el diseño responsive para facilitar el acceso a los canales online con rapidez en dispositivos móviles. Todo lo anterior contribuye a enriquecer la experiencia del usuario (UX), factor determinante en la preferencia y fidelidad de los clientes.
Es cierto que los usuarios de Internet prefieren los contenidos visuales. Al respecto, son cada vez más exigentes y pueden diferenciar imágenes claras y definidas de productos, de aquellas que son deficientes en nitidez e iluminación. Por eso, la correcta presentación de los bienes ofrecidos al público es un detalle con el que no se debe improvisar en los medios online.
Si no cuentas con equipos y conocimientos de fotografía y vídeo profesionales, es preferible hacer el esfuerzo de contratar una agencia o especialista en la materia. En efecto, la manera de presentar tus productos es parte de la imagen de tu marca y esto es algo a cuidar igualmente.
De acuerdo con el perfil de tus buyer persona, es importante plantear la presencia de tu empresa en las redes sociales más adecuadas para tus intereses. A partir de allí podrías establecer una comunicación coherente entre todos tus canales online y offline para ofrecer una experiencia de compra conectada. Esto es lo que se conoce como marketing omnicanal u omnichannel marketing.
Seguramente habrás escuchado sobre esta tendencia tan extendida que aplican reconocidas compañías para facilitar el buyer journey de sus clientes. Pero bien vale explicarlo con un ejemplo breve: imagina que un seguidor de tu marca en redes sociales ve un contenido que compartiste sobre un producto. Casi de inmediato pulsa un link que lleva a tu blog para ampliar la información y de ahí a la tienda online. En ella completa la compra y elige la tienda física de tu marca donde finalmente recogerá el producto.
En función de lograr una secuencia lógica en todo este proceso, es preciso asegurar que todos los canales se complementen de manera consistente. Asimismo es primordial que los mismos estén optimizados y garanticen rapidez y funcionalidad a los clientes al momento de concretar cada venta online para PYMEs.
Como dijimos, el cliente actual es muy exigente y valora la oferta de las compañías más allá de los productos y precios que ofrece. Es aquí donde el marketing de contenidos y el posicionamiento en en buscadores cobran relevancia.
Con el primero, lograrás que los usuarios que realicen búsquedas relacionadas con tus productos y servicios comprueben el conocimiento de tu empresa sobre el tema. Por esta razón es prioritario producir material informativo útil y relevante. Gracias al segundo, podrás posicionar tus canales y contenidos de manera orgánica en base a la elección de palabras claves (keywords) adecuadas y otros criterios. Sobre las ventajas del SEO hablamos ampliamente en un artículo anterior, pero vale reiterar que es un recurso valioso en la venta online para PYMEs.
En esta misma línea, la información sobre modelos, características, precios, condiciones de pago y envíos, debe ser tan clara que no dé lugar a dudas. Cuando anuncies ofertas especiales y promociones, es preciso especificar qué bienes y servicios forman parte de éstas y cuáles son los alcances y limitaciones. Nada es tan nocivo para el prestigio de una compañía que incumplir o no ser claros con lo que ofrecen.
Ciertamente es indispensable tener un perfil tan completo de tu buyer persona al punto que te permita saber cuáles son sus medios de pago preferidos. En este aspecto, es ideal que incluyas en tu ecommerce todas las opciones posibles para facilitar las transacciones al usuario. De esta manera, el proceso de compra será más ágil y la posibilidad de incrementar las conversiones es mayor.
Otro elemento crítico que influye en la venta online para PYMEs son los plazos de entrega. A fin de mantener la confianza de tus clientes es básico contar con un servicio de envíos responsable que garantice sus tiempos de envío. Hace unos meses, muchas empresas se vieron colapsadas por el repunte que registró el ecommerce durante el estado de emergencia por el coronavirus. Sin embargo, dicha situación se fue corrigiendo a medida que dichas empresas se adaptaban al volumen de pedidos.
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